América Latina y la Inteligencia Artificial: Una Oportunidad Única para Innovar con Ética y Propósito

En la carrera global por definir el futuro de la inteligencia artificial (IA), América Latina podría no parecer la favorita al primer vistazo. Sin embargo, precisamente por sus desafíos estructurales, la región se está perfilando como un entorno prometedor para experimentar con modelos éticos e inclusivos de IA. Gobiernos, corporaciones e inversionistas harían bien en voltear la mirada hacia este vibrante ecosistema tecnológico, donde el espacio regulatorio aún está en construcción, existe voluntad política y los sectores de alto impacto claman por transformación.

Un Momento de Aceleración y Oportunidad

Según la encuesta global de adopción de IA realizada por IBM, el 67% de las empresas en América Latina han acelerado su implementación de inteligencia artificial en los últimos 24 meses. Si bien muchas organizaciones aún están definiendo su estrategia, el impulso es evidente: un 34% está en fase de desarrollo de una estrategia de IA, un 27% ya la aplica en casos específicos, y un 31% ha adoptado un enfoque integral.

Este crecimiento estratégico revela una ventana de oportunidad para actuar con rapidez y responsabilidad. Las empresas que se involucren desde ahora no solo podrán probar modelos alineados con principios éticos, sino también influir en la elaboración de políticas públicas, escalar soluciones en condiciones reales y construir sistemas con enfoque en equidad y resiliencia.

Una Región Propicia para la IA Ética

Lo que América Latina carece en infraestructura heredada, lo compensa con adaptabilidad. Sus economías informales, servicios públicos fragmentados y una ciudadanía resiliente han cultivado generaciones de solucionadores de problemas acostumbrados a innovar bajo presión. Esta energía está alimentando una ola de innovación en IA enfocada en generar impacto social tangible.

La región presenta una combinación singular: más del 70% de la población tiene un smartphone, pero el 45% está sub-bancarizado; los sistemas de salud enfrentan una sobrecarga mientras las enfermedades crónicas aumentan; la educación pública carece de fondos, pero las plataformas digitales florecen. En este contexto, la tecnología no puede ser un lujo, debe ser útil desde el primer día.

Así, la IA se convierte en una herramienta para la inclusión y la equidad. En el sector fintech, ayuda a evaluar la solvencia de personas sin historial bancario. En salud, mejora el diagnóstico en clínicas sobrecargadas. En educación, adapta contenidos para estudiantes sin acceso estable a internet. América Latina no está esperando heredar marcos éticos de IA; los está creando por necesidad.

Casos Reales de IA Responsable

Ya existen múltiples ejemplos en la región de implementación responsable de IA, lejos del estereotipo de unicornios tecnológicos.

En México, durante el 75.º aniversario de la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF), líderes del sector salud coincidieron en que la inteligencia artificial será clave para mejorar la competitividad y la atención médica. Se discutió el uso de IA para acelerar el desarrollo de vacunas, predecir la inmunogenicidad en etapas tempranas y facilitar el diagnóstico primario con intervenciones personalizadas.

En Brasil, la red de salud DASA ha implementado en más de 30 hospitales a “Laura”, una plataforma de IA que monitorea en tiempo real los datos clínicos para anticipar signos de deterioro en pacientes. Todo esto bajo el cumplimiento de la Ley General de Protección de Datos (LGPD), logrando un equilibrio entre innovación y protección de datos.

En el sector financiero, la empresa mexicana Konfío utiliza aprendizaje automático para ofrecer créditos a pequeñas empresas que los bancos tradicionales consideran demasiado riesgosas. Analizando datos como recibos de servicios, historiales de transacciones y patrones de uso móvil, brindan financiamiento de forma inclusiva y transparente, crucial en una economía con alta informalidad laboral.

En el ámbito educativo, la edtech argentina Educabot adquirió Tich AI en 2024, una plataforma que ayuda a estudiantes universitarios a organizar su tiempo y planificar el estudio. Esta IA adapta el contenido según el desempeño y retroalimentación docente, demostrando cómo la tecnología puede complementar, no reemplazar, la labor humana en la enseñanza.

Regulación Flexible, Participativa y en Construcción

Mientras la Unión Europea impulsa un modelo regulatorio altamente estructurado y Estados Unidos oscila entre la autorregulación y la judicialización, América Latina está diseñando un enfoque propio: más flexible, orientado por valores y con participación activa de diversos actores.

Iniciativas como las Directrices sobre IA de la UNESCO para América Latina y el Caribe (2024–2025) están sentando las bases para una regulación compartida enfocada en derechos humanos y desarrollo sostenible. Este ambiente permite a las empresas experimentar, iterar e influir en los estándares éticos antes de que la legislación se endurezca.

Brasil encabeza estos avances con el Proyecto de Ley 2.338/2023, aprobado por el Senado en diciembre de 2024 y en revisión en la Cámara de Diputados. Esta legislación busca establecer un Sistema Nacional de Gobernanza en IA, con clasificación de riesgos, sandboxes regulatorios, exigencias de transparencia y mecanismos de protección de derechos con sanciones civiles.

México, Chile, Colombia, Perú y Argentina también avanzan en sus estrategias nacionales. Chile, por ejemplo, ha publicado un marco basado en principios de transparencia algorítmica y equidad, mientras que Colombia trabaja en el AI Trust Act y el CONPES, un plan que incluye evaluaciones de impacto y mecanismos de supervisión.

Construyendo una Ventaja Colectiva

El verdadero potencial de América Latina no solo radica en escalar soluciones tecnológicas, sino en crear una visión regional común de inteligencia artificial responsable. La región puede liderar el diseño de nuevos marcos globales desde una perspectiva pragmática, inclusiva y cooperativa.

Lograrlo requiere inversiones conjuntas en infraestructura compartida: espacios de prueba públicos y privados, sistemas de gobernanza abierta, normas éticas de diseño y fideicomisos de datos. Ya existen esfuerzos de organizaciones como la CAF, el BID y la UNESCO, pero para liderar, se necesita más que alineamiento: se necesita ambición.

El Momento de Actuar es Ahora

Para los ejecutivos, líderes de innovación e inversionistas, la pregunta ya no es si la IA está llegando, sino cómo y quién la definirá. América Latina ofrece una oportunidad única para involucrarse desde el inicio, construir con responsabilidad y escalar con impacto.

La región está marcando su propio camino, uno en el que la IA no es solo una tecnología disruptiva, sino una herramienta transformadora para construir un futuro más justo y resiliente. Y ese futuro empieza ahora.