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Compartir en Facebook: Como convertirte en un delincuente en minutos.

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“Compartir” parece ser la premisa a la hora de invertir nuestro tiempo en Facebook, y es que justamente ese es uno de los puntos clave de esta red social, que en los últimos años ha calado muy hondo dentro de las costumbres y los hábitos de los seres humanos.

Tal es así, que incluso si algo no ha sido publicado, y sobre todo “compartido” en Facebook pierde importancia y termina convirtiéndose en un objeto más del olvido colectivo. Es que al parecer el “Publicar” y lograr que esa publicación sea “compartida” en la comunidad virtual en cuestión, le añade a la información difundida cierto grado de veracidad, ya que es reafirmada por cada uno de los usuarios que vuelven a publicar en cada uno de sus Timelines esa misma publicación.


Comparti en Facebook. Cuidado con lo que compartes

 

Es por todo ello que hoy las redes sociales han pasado a ocupar un lugar esencial en el acontecer social de la vida de todas las personas, porque en definitiva son el espacio elegido para comunicar no sólo información trascendental, sino también para que cada uno pueda mostrar su vida diaria, o lo que desea proyectar de esa vida.

Y así como alguien puede mostrar algo que en realidad no es, porque justamente Facebook sabe ofrecer un espacio para dicha hipocresía, en ocasiones se difunde información que dista mucho de ser veraz. Un comentario, una fotografía, una imagen editada, dentro de la comunidad virtual de Facebook logra acaparar la atención de todos, y se convierte inmediatamente en una realidad tangente.

Comparti en Facebook. Cuidado con lo que compartes

Y dentro de este universo paralelo, donde muchos dicen ser lo que no son, otros sin quererlo pueden llegar a convertirse en víctimas de una campaña injustificada en su contra. Porque lo cierto es que detrás de una imagen que “compartimos” nunca podemos estar por completo seguros de la veracidad de lo que allí se afirma.

¿Cuántas veces hemos visto que nuestros contactos de Facebook publican fotografías de personas a las que se los considera presuntos asesinos, ladrones, estafadores y demás? ¿Y qué es lo que hacen a continuación muchos usuarios? Vuelven a “compartir” esa imagen, sin preguntarse si la información es cierta, y de esa manera alimentan la interminable cadena de la desinformación, que en ocasiones puede perjudicar profundamente a un individuo e incluso a su entorno.

Hoy en día las herramientas informáticas y tecnológicas están al alcance de todos, y es en cierto modo lo que ha permitido que todos tengamos el poder de expresar libremente lo que pensamos. Eso es algo fantástico, siempre que se utilicen este tipo de plataformas de la manera correcta, sin buscar perjudicar a alguien injustamente.

Lo cierto es que quien desee desquitarse con algún enemigo personal, o bien desee hacer una broma pesada a un amigo, gracias a tener a su alcance las herramientas necesarias, puede convertir una venganza o una broma en un verdadero alud imparable. En definitiva, sólo es necesario disponer de una cámara digital, tomar una foto de la persona en cuestión, luego bajarla a la computadora, editarla en algún software para este fin, como es el caso del popular Paint, y añadirle leyendas del tipo “Trata de personas”, “Asesino de animales”, “Corrupto”, “Estafador”.

Cuando la imagen es publicada en Facebook ha comenzado sin dudas la broma pesada o la venganza acometida, y lo cierto es que a partir de allí comenzará a girar también el engranaje que generará una avalancha de clics en “Compartir” e insultos infinitos.

¿Qué sucede entonces con aquellas personas que son acusadas injustamente de este tipo de delitos debido a que han sido objeto de una venganza o de una broma? Pues bien, las repercusiones pueden llegar a sobrepasar los límites de la imaginación de quien, quizás inocentemente, inicio toda la campaña.

Tengamos en cuenta que incluso es tan importante el espacio que ocupa Facebook en la realidad actual, que en ocasiones los medios de comunicación suelen hacerse eco de lo que allí se afirma, muchas veces sin constatar que la información “compartida” sea cierta o no.

Esto sin dudas genera el repudio social hacia la persona que aparece en una imagen en la que se indica su accionar delictivo, y cuando esto no es cierto ese individuo puede llegar a comenzar a vivir un verdadero calvario, en su trabajo, en la calle, en su vida cotidiana, que incluso puede llegar a poner fin a su tranquilidad y a su seguridad.

Comparti en Facebook. Cuidado con lo que compartes

Por supuesto que las autoridades de Facebook permiten que los usuarios de las redes sociales tengan la posibilidad de denunciar una publicación que atenta contra los derechos individuales de cada ser humano, pero también es cierto que el damnificado por este acometer virtual colectivo puede no tener conocimiento de lo que sucede en torno a su imagen y resultar profundamente perjudicado, hasta tanto se denuncie dicha publicación, e incluso posteriormente.

Sin lugar a dudas, la posibilidad de “escrache” que ofrece Facebook es fantástica en ciertos aspectos, no podemos ser necios ante esta realidad, pero también es muy cierto que sus alcances pueden sobrepasar los parámetros de la misión para lo cual han sido creadas las funcionalidades de la red social.

Imaginémonos que mañana salimos a la calle y alguien nos grita “asesino”, seguimos caminado y otra persona nos vocifera “delincuente”, y a medida que transitamos nos damos cuenta que todos nos miran con odio y al mismo tiempo con miedo. Sin saber lo que está sucediendo, luego de transcurridos varios días, y al haberse acrecentado los insultos que recibimos, decidimos finalmente recluirnos en nuestro hogar y tratar de saber qué es lo que está sucediendo.

Finalmente, nos enteramos que una imagen nuestra con la inscripción “Homicida” fue difundida y compartida una y otra vez en Facebook. De manera inmediata hacemos la denuncia, pero al salir al otro día a la calle las cosas no han cambiado, porque lo cierto es que la presunción de que somos asesinos ya ha quedado incorporada al imaginario colectivo de todos los que nos rodean, gracias al poder de la imagen y la palabra que ha sabido explotar la red social.

Comparti en Facebook. Cuidado con lo que compartes

Por ello, si estamos dispuestos a realizar un buen uso de las redes sociales, deberíamos no sólo reflexionar acerca de nuestra participación en dichas comunidades, sino también medir el alcance de nuestros actos virtuales, y sobre todo analizar y comprobar la veracidad de lo que compartimos.

Está muy bien “escrachar” y alertar a todos sobre el accionar de un asesino o un estafador, pero en principio debemos saber con certeza que se trata de un verdadero delincuente, para poder “compartir” una información y no convertirnos en un eslabón más de una cadena virtual de acusación injustificada.

¿Qué piensas al respecto? Nos gustaría conocer tu opinión.



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Hay que compartir fotografías de personas a las que se los considera presuntos asesinos, ladrones o estafadores?